Congestión nasal, estornudos seguidos que a veces se convierten en tos; dolor de cabeza, garganta y oídos; incluso la comida llega a no tener sabor y el olfato se esfuma. La voz cambia. La nariz se enrojece de tanto frotarla…
Desde que tengo memoria estos síntomas han hecho parte de mi vida. Desde niña he sabido que a esto se le llama rinitis; mi mamá me explicó una vez que es una alergia al polvo, al polen, a ciertos olores, a la lana, a los peluches, a cosas que están por ahí que ni sé por qué me causan alergia… y que, aunque tiene tratamiento, no tiene una cura.
Llegué a acostumbrarme a sus síntomas, aun cuando aparecían en los momentos más inoportunos; pero en estos tiempos de pandemia, sufrir de esta enfermedad se ha convertido en una constante pregunta ¿será rinitis o será Covid? Advierto que aquí no se responderá esa pregunta, pero sí se procurará explicar la rinitis, un mal que, según datos registrados por una investigación liderada por Fundación Cardioinfantil en 2012, puede afectar al 32 % de los colombianos.
¿Por qué tenemos alergias?
La responsable es la histamina, una molécula producida por los mastocitos y basófilos, (células de nuestro sistema inmunológico) que se libera cuando se detecta un intruso en nuestro cuerpo, y en conjunto con otras sustancias, se encarga de eliminarlo.
La alergia aparece cuando el sistema inmunológico confunde algo inofensivo como el polvo, la lana, los pelos del gato o el banano, con un virus o una bacteria; activa los mismos mecanismos de defensa debido a que, ante la presencia de histamina, el torrente sanguíneo se hace permeable para que puedan salir los glóbulos blancos, nuestros guardaespaldas personales a nivel celular, y esa permeabilidad genera congestión nasal, enrojecimiento de la piel e incluso inflamación grave en las vías respiratorias que se conoce como anafilaxis.
La rinitis es una reacción alérgica que aparece con la inflamación del tejido húmedo que cubre el interior de nuestra nariz, debido a algún agente o sustancia que ingresa por las fosas nasales; acompañada de estornudos, lagrimeo, la molesta congestión nasal que hace gotear la nariz.
Bajo rendimiento por causa de la rinitis
La rinitis y el asma son enfermedades respiratorias crónicas muy frecuentes, que se han asociado directamente con un impacto negativo en la calidad de vida de quienes las padecen. (La rinitis es un factor de riesgo de asma de acuerdo con la Guía ARIA).
Según la Asociación Colombiana de Alergia, Asma e Inmunología, las complicaciones de la rinitis alérgica pueden producir alteración en la calidad de vida, trastornos del sueño, ansiedad, dolor de cabeza, alteración del rendimiento escolar y problemas de maloclusión dental.
En Colombia, una investigación liderada por la IPS de la Universidad de Antioquia se preguntó “si padecer rinitis, asma o ambas, generaba menor rendimiento escolar o laboral y mayor ausentismo entre los pacientes mayores de seis años, en comparación con los sujetos sin estos síntomas” en cuatro escuelas de Cartagena y cuatro de Bogotá. En esta investigación participaron 1413 personas, de las cuales 1001 eran estudiantes entre 6 y 17 años, y 412 trabajadores entre 18 y 64 años.
Entre los resultados reportados por los investigadores mencionan que “el 93% de los pacientes con rinitis reportó que los síntomas nasales se manifestaban al menos cuatro días de la semana y 73% de los asmáticos comentó sentir síntomas bronquiales al menos dos veces por semana. Aunque 93% de los pacientes con asma, rinitis o ambas tenía prescrito un tratamiento farmacológico, sólo 35% lo seguía con regularidad de al menos cinco días por semana”.
Los investigadores también encontraron que los estudiantes sintomáticos se ausentan de las actividades escolares más del doble de días en el año que aquellos estudiantes que no sufren de rinitis, asma o ambos. También encontraron que, tanto los estudiantes como los empleados que seguían un tratamiento farmacológico tenían menos registros de ausentismo y en el caso de los estudiantes, mejor rendimiento académico que aquellos que no tenían tratamiento. Con esto, refuerzan la hipótesis de “que la menor productividad encontrada entre los niños con enfermedades respiratorias se debía, en gran parte, a la enfermedad y no a otros factores”.
¿Y los tratamientos para la rinitis?
Una investigación liderada por la Universidad Cooperativa de Colombia revisó la literatura científica existente sobre este tema en torno a la clasificación, fisiopatología y hallazgos recientes para el manejo de la rinitis alérgica en niños y adultos. Luego de revisar 400 artículos y analizar en detalle 50 de ellos, concluyen que “si bien se han desarrollado muchos medicamentos tópicos para tratar la inflamación y / o los síntomas alérgicos, no existe un solo medicamento disponible para atacar todos los componentes del proceso inflamatorio.”
Entre los tipos de tratamiento que más reducen los síntomas se encuentran los antihistamínicos nasales, que tienen una especial eficacia en el control de síntomas como estornudos, picazón e irritación en los ojos, y lagrimeo. Otro tratamiento es el uso de corticoesteroides nasales, que es especialmente eficaz en el manejo de estornudos, congestión nasal y rinorrea.
La recomendación final es acudir a un especialista para el tratamiento de esta enfermedad y sus síntomas.
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