Hoy se celebra en el mundo el Día Internacional de la Vida Silvestre, es decir, aquellas especies de seres vivos que no han sido domesticadas. Nuestro homenajeado en esta celebración es el armadillo.
Este día manifiesta la belleza y gran diversidad de los animales, plantas y otros organismos silvestres; además de su importancia ecológica tanto para los ecosistemas como para el bienestar de la humanidad. El propósito principal de esta celebración es generar conciencia sobre las amenazas a las que está sometida la vida silvestre a causa de las actividades económicas de los seres humanos y los delitos que se cometen contra ella, como el tráfico ilegal de fauna y flora silvestre.
Nuestro protagonista de hoy: el armadillo
Se estima que los armadillos han existido en el neotrópico (zona tropical de América), desde hace aproximadamente 65 millones de años. Estos mamíferos son exclusivos de esta zona del planeta y su familia taxonómica está conformada por 20 especies.
Para 2018, Colombia tenía un registro de seis especies de armadillo, de las cuales cinco se encuentran en la Orinoquía.
Investigadores de la Universidad Cooperativa de Colombia, alertaron sobre la disminución de la presencia de estas especies en las sabanas inundables de Arauca, donde llevaron a cabo una investigación en la que buscaron establecer la presencia y las formas de aprovechamiento de las especies de armadillos en una zona seleccionada de 38 kilómetros cuadrados.
Los investigadores señalan que en los últimos años ha disminuido la presencia de estos animales en esa zona, y que esto podría deberse a la sobreexplotación por cacería para consumo y venta comercial de la carne de armadillo, además de la fragmentación de su hábitat, especialmente por la expansión de la frontera agrícola y el incremento en los cultivos de arroz. A las amenazas se les suma el crecimiento de los asentamientos en la zona rural de Arauca, lo que, según los investigadores “quizás ha desplazado los armadillos a otros territorios más alejados”.
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